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6 Naciones

6 Naciones 2022: La batalla del norte

A un año de la disputa del Mundial, que se jugará en Francia en 2023, emerge un Seis Naciones en el que alternaremos selecciones cuajadas, que mostrarán parte de su libreto de juego para la cita mundialista, y otras que andan a la deriva buscando dirigir su propuesta hacia el camino correcto. Aunque hay caras nuevas, será más interesante analizar el rendimiento de quienes deben mostrar jerarquía en cada equipo de cara a Francia. Porque hay varias selecciones en las que aún no se sabe quién lucirá galones en el Mundial, y eso no es un buen síntoma. Pasemos al análisis de los equipos. 

GALES

Defiende el título, pero lo hace con una sensación de incertidumbre absoluta porque no está nada claro cuál es la apuesta de Pivac. El kiwi no ha sabido instaurar en Gales el rugby expansivo de los Scarlets por el que se le entregó el bastón de mando. Sigue aferrado al rugby metálico del legado de Gatland, aunque la buena noticia es que en este VI Naciones no le quedará otra que ponerse en manos de la nueva hornada porque no podrá contar delante con los lesionados Alun Wyn Jones, Ken Owens, Taulupe Faletau, Navidi o Justin Tipuric. 

Esto obliga al neozelandés a reinventarse delante, donde debe ser indiscutible en la tercera el solvente Aaron Wainwright, con la enésima oportunidad para el caótico Moriarty, y la aparición interesante de Tshiunza, el congolés de Exeter que puede dar juego en el back five galés. 

El brazalete lo llevará Biggar, epitome de esta Gales que uno no sabe si sube o baja la escalera. El apertura formará bisagra con Gareth Davies, activando a su espalda lo más atractivo de este equipo, su back-three con Josh Adams, Liam Williams y Louis Rees-Zammit. En el mediocampo Jonathan Davies dispondrá seguramente de diferentes parejas de baile (desde jugones a smash players), en busca de encontrar una que saque brillo a sus finalizadores. Nada invita a pensar que Gales pueda renovar el título logrado en la pasada edición, al ser un equipo con más dudas que certezas en su juego. 

FRANCIA

Galthie sigue construyendo una candidata a ganar su Mundial y es, de lejos, el equipo más estable del torneo. Llevan meses luciendo con brillo después de conseguir la primera premisa escrita por Laporte en su libreta: una delantera ganadora. Todos los ojos se dirigen a la bisagra que gobierna ‘Toto’ Dupont. Para el 10 Galthie ya ha incorporado un recurso de lujo con la presencia de Jalibert (lesionado para este torneo), lo que le permite alejar a Ntamack de la multitud y asociarlo en el mediocampo con Fickou, pareja con mucho desequilibrante en ataque. 

Pero para que ocurra eso han tenido que vertebrar una delantera que ya no colecciona golpes ni tarjetas, e incluso es capaz de poner la pelota por delante, sea quien sea el rival. Dispone de un fondo de armario considerable y versátil que va desde los clásicos Aldritt, Le Rux, Willemse o Atonio, a gente más particular como Demba Bamba, Macalou, Woki o Diallo, y la nueva hornada de jóvenes que no dejan de subir de esa cantera inagotable que es su selección Sub-20.  

Francia es el gran candidato a ganar este torneo en el que están trabajando más el lado emotivo y mental que el deportivo. Probablemente disfrutaremos de momentos de flair, de ese juego abierto que siempre hace desempolvar recuerdos pretéritos del XV del gallo. Las burbujas, sin embargo, seguirán enfriándose hasta 2023. Momento oportuno para rescatar el rugby champagne y tratar de conquistar su primer Mundial. 

IRLANDA 

El rugby industrial de los del trébol intentará aplastar a sus rivales y seguir alimentando la fe de una parroquia que siempre ve caer con estrépito a los suyos en los Mundiales. Pero antes de que eso ocurra, los de Andy Farrell, que ha implantado en su selección cierto aire del rugby XIII que practicó, deben enfrentarse al peor calendario posible. Las visitas a París y Londres complican enormemente sus aspiraciones. 

Respecto al juego, no hay mucho que contar. Solo queda esperar que llegue el Mundial de Francia para que, por fin, Murray y Sexton salgan de la selección y veremos qué camino escogen. Con ellos en el campo y Farrell en la oficina, esta Irlanda es una versión rústica de la Sudáfrica más física. Alinean siete flankers (los dos segundas, los tres terceras y los centros), a los que alimentan convenientemente durante el partido para que laminen a las defensas contrarias poniendo al servicio del país sus físicos. 

El equipo no ofrece dudas, será muy parecido al que ganó a los All Blacks en noviembre, con Kelleher, Doris o Conan ya establecidos en el pack titular.  Atrás Lowe se sumará a Aki, Ringrose y Conway. Un equipo hercúleo al que le faltan jugadores creativos con la pelota en las manos. Impact rugby. 

ESCOCIA 

Uno sospecha que Escocia ha llegado a reunir a un grupo más que interesante de jugadores. Stuart Hogg, Finn Russell, Hamish Watson, Duhan van der Merwe, Zander Fagerson, Jamie Ritchie… A los que se suman los regresos de Jonny Gray o WP Nel, lesionados en otoño. Pero una vez más, todo pasa por lo que ocurra el 5 de febrero en Murrayfield en la Calcutta Cup. Si Escocia sale airosa y canaliza su optimismo, podría acercarse a la lucha por el título, ya que Francia también pisará Edimburgo. 

Pero con Townsend es difícil acertar. Tiene mucho rugby en su línea y una delantera muy trabajadora. Pero no sabemos si va a setas o a Rolex. Toca esperar qué propone. Además, Escocia es un equipo tan imprevisible como su apertura, el Quade Cooper europeo, el inimitable Fin Russell. Un mago al que a veces el talento le juega malas pasadas. 

El roster del equipo invita a pensar que estamos ante la Escocia más compensada de los últimos años porque hay jugadores en un punto óptimo de madurez en su carrera. Y a diferencia de Francia, obsesionada con su Mundial, o Inglaterra, donde Eddie Jones sigue haciendo probaturas de cara a Francia 2023, los escoceses le dan al torneo la importancia que siempre ha tenido. Porque disfrutan más el día y un buen resultado en el 6 Naciones es mejor que cualquier expectativa de un Mundial del que nadie habla en las Highlands. 

 INGLATERRA 

Desafortunadamente, Inglaterra se ha convertido en una selección de autor. Eddie Jones llegó a Londres para porfiar con los puristas del rugby inglés y demostrarles que el primer seleccionador extranjero del XV de la rosa les devolvería a la cima del mundo. Y ese es el único propósito que persigue el australiano-nipón, haciendo de menos a torneos como el Seis Naciones. 

La penúltima posición obtenida en la pasada edición retrata la irrelevancia que le concede a este legendario torneo. Jones seguirá haciendo probaturas de cara al Mundial. En 2019 ganó las semifinales a los All Blacks, partido que preparó durante cuatro años, pero se olvidó que luego había una final ante los Springboks. En estos meses anda enredando en los medios, donde dio descanso a los clásicos (Youngs, Ford y Farrell), para conocer las prestaciones de jóvenes como Harry Randall, Raffki Quirke o Marcus Smith. De lo que hagan en este Seis Naciones dependen sus opciones de estar en la lista del Mundial. 

No es la única posición interesante, ya que la Premiership no deja de producir de zagueros de buen nivel como Freddie Stewart o el sin par George Furbank. Adelante no hay muchas novedades, más allá de la convocatoria de Sam Simmonds, un jugador que no es del gusto de Jones, por más que haya anotado 75 ensayos en sus primeros 100 partidos en la Premier. El Francia-Inglaterra del 19 de marzo en París a las 21:00 horas debería decidir el campeón del torneo, si Jones se lo decide tomar en serio. 

ITALIA 

Los azzurri han cambiado de seleccionador, lo cual comienza a ser una tradición casi anual. El neozelandés Kieran Crowley ha relevado a Franco Smith en el banquillo de Italia, después de su gran campaña al mando de la Benetton. El kiwi, de 59 años, toma las riendas y se hará cargo del ataque de Italia. Uno de sus grandes hándicaps. El otro es la defensa. Junto a él estarán Andrea Moretti, de Zebre, como entrenador de delanteros; Marius Goosen al cargo de la defensa, y Corrado Pilat y Giovanni Sanguin completan el staff. 

Crowley ha llegado con ganas y eso explica que haya convocado a jóvenes aperturas en la lista, dejando fuera a un habitual como Carlo Canna, 53 caps. Los elegidos son Leonardo Marin y Giacomo Da Re, alternativas como directores de juego para Paolo Garbisi.

Mientras Crowley, que ha convocado a 25 de los 33 hombres de la Benetton, reconstruye el ataque, el sudafricano Goose tiene la monumental tarea de generar una defensa en una Italia que se deshace como un azucarillo. En sus 22 participaciones anteriores su mejor puesto ha sido cuarto, lleva 32 derrotas seguidas y no gana desde el 28 de febrero de 2015, cuando derrotó a Escocia en Murrayfied (19-22). Desde entonces ha enlazado seis cucharas de madera. 

La familia de Hablemos de Rugby Desde la Línea 22 también nos trae su análisis, así que no os perdáis los contenidos especiales que elaboraremos para vosotros durante las próximas semanas:

 

1 comentario

1 comentario

  1. Oscar

    4 febrero, 2022 en 7:27 pm

    Gran artículo, felicidades 👏 👍

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