Gales retrató a la grosera Francia. Grosera por su planteamiento, en el que acumuló kilos en la primera parte para hacer sufrir a los galeses en los puntos de contacto y empujar mientras le llegó el resuello para irse al descanso con el partido casi decidido (16-0). Pero tras la reanudación, los gordos del XV del gallo comenzaron a dar señales de agotamiento y su equipo se diluyó bajo la lluvia parisina. No llegaban a los puntos de encuentro a tiempo y los galeses comenzaban a recuperar balones.
Mientras los pulmones de la gigantesca delantera francesa (952 kilos en la báscula finalmente) dieron juego, los locales gobernaron el partido. Pero cuando el fuelle no les llegó, su seleccionador Brunel no supo frenar el partido, guardar la almendra y contemporizar con la enorme renta que habían amasado en la primera parte. Tan groseros como su planteamiento fueron los errores de Huget y Vahaamahina que permitieron a George North posar dos ensayos y convertirse en Man of the Macht. En el primero a Huget se le escapó la pelota por la lluvia, pero cierto es que la línea defensiva francesa estaba pésimamente colocada y la patada a la espalda de su zaga la tuvo que tapar el ala barriendo tarde, lo que ayuda a que se le escape la pelota.
Lo de Vahaamina es un error que comienza a ser recurrente en un equipo descontrolado y desorientado. El segunda recibe un balón de Camille López en una jugada deslabazada y se suelta un pase saltándose a dos compañeros que North lee, más por necesidad (al estar en inferioridad afuera) que por intuición y acaba robando la pelota para anotar el ensayo tras correr 70 metros. Otro partido perdido por errores propios en el tramo final de partido.
Francia sigue acumulando kilos pensando que la receta del éxito es más cuantitativa que cualitativa. El 16-0 al descanso mostraba una Francia sobria que dominaba las fases estáticas y atacaba con decisión y el descaro de Ntamack (mucho mejor que Fofana), cuyo único borrón eran los errores en el pateo de Parra, que empataba en eso con Anscombe. Por lo demás se mostró acertada, incluso con el drop de López que coronó el primer tiempo.
Pero del vestuario salieron los búfalos franceses asfixiados. Ya no llegaba al punto de encuentro a tiempo y dejaban de condicionar las abiertas y la estáticas. Gales sabía que eso terminaría ocurriendo y con una paciencia oriental espero su momento y trabajó con fe en sus posibilidades. Pudo remontar en la primera parte con un ensayo de Liam Williams que el TMO dejó en el limbo, y pudo volver a hacerlo con otro de Moriarty que se sirvió de la pantalla de un compañero.
Cuando North pescó el pase de Vahaamahina y dio la vuelta al marcador, en el minuto 74 (19-24) Gatland ya había puesto en el campo a sus medios más fiables, Gareth Davies y Biggard. Pese al ensayo de Tomos Williams que abrió la remontada, el 9 galés no estuvo fino en las decisiones, y a Anscombe le penalizó el pateo. Pero la resiliencia de este equipo al que Gatland ha enseñado a no bajar los brazos nunca terminó por concederle una victoria de enorme mérito en una fría y lluviosa noche en París en la que Francia exhibió sus groseras lagunas como equipo de rugby.