Anna Puig, Jimena Parra, María Calvo, Eva Aguirre, Lide Erbina, Judith Vélez, Margarita Rodríguez, Maitane Salinas, Alba Vinuesa y María García debutaron con las Leonas en esta especie de semifinal del Europeo ante Alemania donde España se impuso por 44-0. Con 10 debutantes, el equipo español no pasó ni medio apuro para meterse en la final de un torneo continental y eso no debería ser así.
World Rugby tiene que hacer algo con el rugby femenino europeo que está fuera del circuito del privado torneo de las Seis Naciones. España no juega al nivel que debería en Europa y de eso tiene mucha culpa el organismo internacional. Cierto es que ha creado las ventanas de noviembre femeninas pero no están reguladas por Wolrd Rugby como, por ejemplo, se hacen con los chicos. Prima el criterio de los países británicos y este año España tiene peores resultados además de ser post Mundial por lo que las invitaciones no serán las mismas y veremos con que países nos enfrentamos en noviembre, sin saber nada todavía yo apuesto por Hong Kong o similares.
Además está este europeo que disputan Alemania, Holanda, Bélgica y las españolas. De aquí se cae una y sube el ganador del Trohpy (Rusia o Suecia) de cara al año que viene.
Después de este torneo, las dos primeras se medirán, en la temporada 2019-2020, con las tres últimas del VI Naciones. Parece que todo se arreglará entonces pero la trampa está en que ese no será un torneo en sí mismo sino que será la clasificación para el Mundial de Australia 2021.
No es suficiente para un equipo que se encuentra siempre entre los 10 mejores del mundo dejando siempre atrás a países del torneo privado, ahora a solo un puesto de Italia y por encima de Escocia. Aunque con ambas perdió sus dos últimos partidos también es cierto que venció los dos anteriores, a las transalpinas en primera ronda mundialista y a las del cardo a ida y vuelta para dejarles fuera de la Copa del Mundo.
Es cierto que con el cambio generacional de Las Leonas ahora quizá viene mejor jugar partidos contra equipos del segundo escalón europeo que del primero, pero también es verdad que esta es una situación coyuntural que puede durar un máximo de dos años ¿Qué pasará entonces? ¿Seguiremos jugando contra selecciones de segunda fila y solo podremos optar a partidos de nivel cuando nos clasifiquemos para el Mundial? ¿Las ventanas de noviembre volverán a ser contra grandes equipos o bajaremos un peldaño? ¿Se espera que las chicas, igual que los chicos, tengan torneos de verano contra selecciones de nivel organizados por países emergentes?
Demasiadas preguntas son las que debe contestar World Rugby que aunque apuesta, y mucho, por el rugby femenino tiene olvidades a las selecciones que quieren ser de primer orden mundial y se pliega demasiado a las voluntades británicas de los organizadores del Seis Naciones femenino.
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