Hace ocho meses, la Selección masculina Sub 20 de XV arrancaba la temporada con unos objetivos muy claros. Véase realizar un gran Campeonato de Europa de su categoría y completar una minuciosa preparación de cara a llegar en plena forma al World Rugby U20 Trophy, en un primer momento programado para septiembre y donde España debería ser el anfitrión.
Con un panorama tan estimulante, la motivación en el equipo era máxima. Sin embargo, la grave crisis sanitaria, económica y social provocada por la pandemia del COVID-19 lo ha alterado todo y ahora mismo todo es también incertidumbre. ¿Cuál es el estado de los Leones S20?
En lo que respecta al torneo continental, el Rugby Europe U20 Men XV Championship, la federación europea ya anunció el pasado 8 de abril que todas sus competiciones de rugby base programadas para 2020 quedaban canceladas. De momento, World Rugby no ha hecho lo propio con el Trophy, aunque sabido es lo complicado que está que la cita del 14 de septiembre en Villajoyosa pueda celebrarse.
Esta competición es el mejor escaparate para los jugadores llamados a escribir el rugby del mañana. Recordemos que el Trophy reúne anualmente a los ocho mejores combinados sub 20 del mundo por debajo del Mundial de dicha categoría, el WR U20 Championship, y que el campeón asciende a la siguiente edición de este último.
En la campaña 2019-20, Kerman Aurrekoetxea (Biarritz Olympique), Guillermo ‘Will’ Moretón (Complutense Cisneros) y Nicolás Rocaries (UBU-Colina Clinic Aparejadores) se han repartido la capitanía del combinado dirigido por Santi Santos y Miguel Velasco, Miguelón. Los tres coinciden en que ha sido un palo la cancelación del Europeo, pues eran bastante optimistas en cuanto a las opciones de España de ganarlo. Siempre con prudencia y respetando a todos los equipos, pues hay muchos países poniéndose las pilas.
«Llevábamos meses trabajando y todos los jugadores estábamos mentalizados y habíamos interiorizado el sistema de juego perfectamente. Era una oportunidad muy buena para demostrar todo lo que habíamos progresado», apunta ‘Will’. Sin embargo, el tercera línea madrileño no se atasca en el pasado y aunque no oculta que echa de menos los entrenamientos grupales y con balón asegura que en casa ha «mantenido más o menos la misma intensidad que antes del confinamiento».
Ante todo, lo que enseguida se percibe al hablar con Sergio Gericó, mánager del equipo, así como con los capitanes y con varios de sus compañeros, es la impresionante madurez y ambición del grupo. También parecen no ser enteramente conscientes de lo mucho que se espera de ellos, algo que seguramente juegue a su favor.
Todo medio melé debe tener o desarrollar grandes dotes de liderazgo dentro del campo, pues son los encargados de dirigir distintas fases del juego que exigen de una enorme coordinación entre varios miembros del equipo. Tanto Kerman como Nico hacen gala de esta cualidad y les ha servido para quemar pronto muchas etapas de sus carreras, y eso que están casi arrancando. Esta personalidad también les ha permitido encarar su preparación durante el confinamiento con un talante positivo y sacar provecho de la situación.
Tras despuntar en la Liga de División de Honor durante la temporada 2018-19, en su único año con el Chami, el verano pasado Aurrekoetxea hizo las maletas al País Vasco francés para jugar en los Espoirs (esperanzas) del emblemático Biarritz OPB. «En Biarritz me siento como en casa e identificado con el club, a tan solo 100 kilómetros de Getxo, donde me formé y conocí a los que ahora son mis mejores amigos. Estés lejos de casa o no, lo que te hace crecer como jugador es la variedad de experiencias, salir de tu zona de confort«.
«Este año me ha aportado mucho como jugador y como persona, a pesar de que no ha sido una temporada fácil. Hay mucha competencia en todos los puestos, lo cual está bien porque hace subir mucho el nivel de exigencia«, recalca Kerman, que ya suma dos caps con el XV del León.
Su compañero de puesto, Nico Rocaries, también inició una nueva aventura y explica que «el rugby en Burgos es diferente. El hecho de que el club lleve tan poco tiempo en la élite hace que tenga una mentalidad profesional con un ambiente amateur. La gente disfruta en San Amaro y viajando para ver a su equipo. Me atrevería a decir que tenemos la mejor afición de División de Honor».
Nico recaló este año en las filas del Aparejadores y ha aportado inteligencia y seguridad a un equipo que reúne mucho nivel en las posiciones de medios. Con Nicolás Herreros, Tomás Carrió y Andrew Norton en el plantel, este sub 20 ha tenido su más que respetable cuota de protagonismo y contribuyó a que el equipo burgalés se fuese al parón, a la postre definitivo, con cuatro victorias en los últimos cinco partidos. «El principio de temporada fue complicado. Tras una muy mala racha inicial tuvimos la suerte de ganar en un campo tan complicado como Landare Toki y a partir de ahí todo fue mejorando poco a poco. Los últimos resultados, como la victoria en Las Terrazas, confirmaron que estábamos en un gran momento de forma», añade.
Como decíamos, la notable madurez del equipo es uno de los factores determinantes para haber alcanzado el nivel de compenetración demostrado este año, especialmente en los amistosos ante Biarritz Espoirs y Aviron Bayonnais Crabos. Pero también es cada vez más palpable el salto en cuanto a la formación con la que llegan los jugadores a la Sub 18 y Sub 20 en comparación a tiempos pasados.
En la misma línea que sus capitanes, Rodrigo Fernández, jugador del SilverStorm El Salvador, piensa que «podíamos competir por el primer puesto en el Europeo», y ya enfoca sus esfuerzos hacia los próximos desafíos, saliendo a correr y entrenando en casa. Como alguien que ha crecido en uno de los clubes dominadores a nivel nacional, el delantero chamizo no duda en valorar muy positivamente el momento que atraviesa el rugby base español y cree que «los jóvenes cada vez llegarán mejor formados a DH y DHB».
Rodrigo y varios de sus compañeros del equipo vallisoletano ya han empezado a asumir el desafío de representar a la próxima generación exitosa de El Salvador. El equipo de Juan Carlos Pérez afronta un futuro con novedades en muchas áreas y nuestro protagonista confía en que él y sus «compañeros de toda la vida» sacarán provecho de lo mucho aprendido de que llevan más tiempo en el primer equipo.
Aunque a los partidos oficiales en categoría sub 20 solo pueden ir convocados 23 jugadores y algunos más a los no oficiales, el cuerpo técnico de los Leones Sub 20 maneja una lista significativamente amplia de hombres que en un momento dado pueden participar. Esta creciente competitividad por un hueco es desde luego una ventaja, que además no ha impedido a varios sub 20 de primer año tener su oportunidad para lucir y, en algunos casos como el de Gonzalo Vinuesa, jugador del Cisneros, aprovecharla con creces. Su magnífica temporada en DH y con la selección en cuestión le sirvieron para debutar en Bruselas (7 de marzo) con la absoluta, ante Bélgica. «Tanto el Cisneros como la Selección me han dado mucha confianza este año», comenta.
Huyendo de la falsa modestia y manteniendo los pies en el suelo, el joven apertura no ignora que «hay expectativas puestas en mí por parte del cuerpo técnico de la selección y del club, pero esto es algo positivo. Si un entrenador no espera nada de ti es un problema. Me motiva a seguir trabajando y mejorando», añade.
Parece evidente que esta generación está lista para saber vivir con la presión y Gonzalo es otro buen ejemplo de ello. Con esa naturalidad, y al igual que sus compañeros, ha procurado adaptarse a la realidad que les toca vivir. «He tenido que cambiar mucho mis rutinas para poder mantenerme en forma: gomas, mochilas, peso propio… Lo que pase con el Trophy no es algo que nosotros podamos decidir, por lo que debemos centrarnos en nuestro trabajo«.
El club que juega como local en el Central de la Universidad Complutense de Madrid tiene varios representantes tanto en la Sub 20 como en las demás selecciones no absolutas, algo que en los últimos años ha sido habitual. Con el nuevo panorama que se avecina en el deporte nacional, cabe preguntarse si la filosofía del Cisneros ganará adeptos y será hasta cierto punto influyente en la estrategia de más clubes.
Preguntado por este paradigma, Guillermo Moretón opina que «la filosofía que mantiene el club permite dar muchas oportunidades a los jóvenes para destacar y desarrollarse deportivamente y creo que en el corto plazo esto nos va a beneficiar, sobre todo teniendo en cuenta las posibles restricciones de viaje que puede haber debido a la pandemia. Una base sólida en un club es clave».
Otro participante en este repaso al contexto actual de los Leones Sub 20 es Eric Guitart. Habitual en la tres cuartos de Santos y Miguelón, el centro ha experimentado un desarrollo espectacular en Francia, al igual que Kerman y un número considerable de jugadores españoles, ya sea en el país galo o en el Reino Unido, factor que también recalca el lugar que poco a poco se va ganando el potencial español en el mapa rugbístico internacional. No obstante, Eric cuenta, si se nos permite la licencia, con un aliciente extra, como es formar parte del Stade Toulousain, el club francés más laureado.
«De pequeño tenía un poster de Clément Poitrenaud en mi habitación, hoy es nuestro entrenador, con Virgile Lacombe entre otros. El Stade Toulousain es más que un club, es una gran familia». Ojalá pudiésemos plasmar en pocas líneas toda la grandeza que rodea a la entidad de Toulouse y que Guitart nos transmite, aunque lo cierto es que ha aprendido a vivirlo de forma natural, viviendo junto a otros jugadores en un piso en el propio Stade Ernest-Wallon y compaginando los entrenamientos con los estudios.
En cuanto a la selección a la que representa, considera que «teníamos un buen equipo, completo en cada posición y todo el mundo se lleva bien«. Comparte varias opiniones con sus compañeros con respecto a la tendencia más bien prometedora de nuestro rugby base y su impacto en las selecciones absolutas. «Si seguimos en esta dinámica no dudo que España llegue a estar en la Copa del Mundo 2023«. Cree que las ligas nacionales seguirán creciendo, si bien matiza que también es probable que el interés de jugadores jóvenes por probar experiencias en otros países también aumentará.