La llegada de Bill Beaumont, garante del status quo y las posiciones de privilegio de los países del Seis Naciones, ha provocado movimientos en Nueva Zelanda, donde la NZR ha entablado conversaciones con una empresa de inversión estadounidense multimillonaria para generar una nueva vía de ingresos.
La noticia, adelantada en exclusiva por el NZ Herald, explica la intención de «atraer a los inversionistas» a través de la organización de un Mundial de clubes, aunque los participantes kiwis serían las franquicias de Super Rugby, que a día de hoy no terminan de llenar las gradas en los partidos de esta competición.
Los dirigentes neozelandeses han mantenido conversaciones de alto nivel con dos empresas de capital privado buscando unos acuerdos que le permitirían liberarse del dominio de World Rugby. Una de ellas es CVC Capital Partners, con sede en Luxemburgo, que ya tiene una participación significativa en el rugby del hemisferio norte. CVC, que fue propietario de la Fórmula Uno de 2006 a 2017, estaba negociando un acuerdo para quedarse con una participación del 14% en Six Nations y una participación de 120 millones de libras en el Pro14. La aparición del Convid-19 habría frenado las gestiones, pero la intención es firme.
Sin embargo, según el Herald, «resultan más interesantes las conversaciones con los especialistas en tecnología Silver Lake. La firma tiene oficinas en Nueva York, Silicon Valley, Londres y Hong Kong y gestiona activos por un valor de 40 mil millones de dólares. Silver Lake se posicionó como un referente con inversiones lucrativas en el proveedor de telefonía por Internet Skype y el fabricante de chips Broadcom.
Recientemente esta empresa ha apostado por diversificarse en el sector de deportes y entretenimiento, invirtiendo en las artes marciales mixtas UFC, Madison Square Garden Company, propietaria de la franquicia de la NBA Blue Chip Knicks y los New York Rangers de la NHL, y en el City Football Group, cuyo buque insignia son los campeones de la Premier League, el Manchester City de Pep Guardiola.
La reelección de Bill Beaumont como presidente de World Rugby se ha leído en Nueva Zelanda como un movimiento para afianzar el status quo en lugar de apostar por la promoción global como proponía Agustín Pichot. NZR ya ha aedvertido que espera una reunión Beaumont para hablar de temas como el nuevo reparto de ingresos en World Rugby.
La financiación de la NZR depende mayoritariamente de los ingresos que generan los All Blacks. De ahí que sus dirigentes se encuentren implicados en la búsqueda de flujos de ingresos alternativos especialmente tras el impacto de la pandemia del coronavirus que hará daño a las arcas de la federación kiwi. De hecho, los All Blacks dejarán de lucir el patrocinio de AIG en su camiseta a final de temporada, aunque tienen pretendientes.
Las cinco franquicias del Súper Rugby (Blues, Chiefs, Crusaders, Highlanders y Hurricanes) han promovido una revisión de la competición a corto plazo.