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Copa del Rey

Alcobendas conquista la Copa con suspense

Los campeones celebran su título. / Photoscrum

FC Barcelona: Miniño; Garcia Veiga, Mirabet, Zas, Gauthier, Borghi, Hogg; Hardoy, Güemes,; Granell, Avalos, Losada, Alegría; Ubaldo.

Alcobendas: Titi, Ovejero, Griffiths; Guillaume, Cabrera, Ramiro, Newton, Nava; Munilla, Jantjies, Paz, García, Cherr, Lololua; Linklater.

Árbitro: Félix Villegas.

Marcador: 3-0 (5′) Golpe de Güemes. 3-3 (16′) Golpe de Jantjies. 6-3 (24′) Golpe de Güemes. 6-10 (45′) Ensayo de Diego García . Convierte Jantjies. 9-10 (48′) Golpe de Güemes. 9-17 (55′) Ensayo de Dani Marrón. Convierte Jantjies. 16-17 (57′) Ensayo de Granell. Convierte Güemes. 23-17 (67′) Ensayo de Ubaldo. Convierte Güemes. 23-24 (87′) Ensayo de Linklater. Convierte Jantjies.

Alcobendas y Barça escenificaban una final inédita. Los azulgrana, que suman 16 títulos coperos, llevaban 34 años sin ganarla. Mientras que Alcobendas buscaba su primer título. Desde el inicio se notó que los azulgrana jugaban sin presión, descargando el rol de favoritos en los madrileños. Los de Tiki se mostraban más nerviosos en los puntos de encuentro y sumaban indisciplinas en los minutos iniciales. Una de ellas permitió a Güemes estrenar el cañón que tiene en la pierna.

Con los minutos Alcobendas se fue soltando y la delantera comenzó a ganar la línea de venta y fruto de una de esas acometidas Jantjies sumó un golpe que inauguró el marcador granate al cuarto de hora. Alcobendas apretaba y en una jugada en la que las ganas pudieron a Facu Munilla, que robó una pelota adelantándose, permitió a Güemes pasar otra patada. Sin haber pasado de la línea de 40 metros, los azulgrana ya habían sumado seis puntos. El Barça lo dejaba claro: cada error se pagaba claro.

Los minutos pasaban y el Barça se sentía cómodo aguantando a Alcobendas entre las líneas de 22. Los de Inchausti no terminaban de sentirse cómodo en el partido, que siendo cerrado, lo cual a priori le favorecía por su teórica superioridad en las fases estáticas, no terminaba de concretar la posesión granate. Defensa limpia, ordenada y soluciones inteligentes en el lado catalán y ansiedad y algo de precipitación en su rival, que no acaba de descifrar el sudoku. Pudo cambiar el signo del partido en la última jugada de la primera parte, pero un maul madrileño a cinco metros del ingoal azulgrana terminó en un avant de un delantero granate. El Barça le había descontado 40 minutos al partidos, acrecentando los nervios de los madrileños. 6-3 al descanso. Merecido.

Pero todo cambió tras el descanso. Alcobendas se dejó los nervios en la caseta y en la primera estampida después de mover a la defensa azulgrana Diego García posó el balón y Alcobendas se soltó la mochila. 6-10. El Barça no se rebajó y rápidamente recortó con otra patada del infalible Güemes. 9-10. Había partido, solo restaba saber si Alcobendas se había soltado o seguía encorsetado por la presión.

Y la respuesta llegó rápida. Con un ensayo de maul de la delantera de Dani Marrón que alejaba a los madrileños. 9-17. Pero en la siguiente jugada Granell recoge una patada tapada a Munilla y ensaya devolviendo al partido al Barça. 16-17. Alcobendas se empeñaba en meterse en problemas y los azulgrana no tiraban la toalla. La emoción y los nervios se imponían a los pronósticos.

Y entonces Losada robó una pelota y se lanzó a tumba abierta. Y la jugada concluyó con Ávalos echándose encima la defensa para enviar un pase telemétrico afuera, donde apareció Ubaldo para posar el balón, más la suma inevitable de Güedes. 23-17. Ahora sí, Alcobendas jugaba sin red. Con Jantjies fuera y Brad tocado en una rodilla, cada estampida de los catalanes era una puñalada para los madrileños. Pudo sentenciar Güemes con un drop que salió por poco. El partido estaba en una jugada. Un ruck, un robo, una melé… Y esa melé llegó. A tres minutos del final, con los 7.000 aficionados empujando en uno u otro sentido. Y después de esa, otra. La última… Y el Barça no quería disputar esa melé frente a palos, sabía de su inferioridad y encadenaba golpes y golpes, incluso expulsando a un jugador azulgrana. Se mascullaba el ensayo de castigo, pero el árbitro no estaba por la labor de decidir el partido. El Barça había realizado un partido mayúsculo, pero el contexto de la final le había llevado a defender su ventaja en una melé en la que era muy inferior a los madrileños.

Y fue Linklater quien le ahorró un problema al árbitro con ese majestuoso contrapié que le dio el ensayo y después pasó Jantjiets para hacer campeón a Alcobendas por primera vez en su historia. Merecido, tanto como si hubiera ganado el Barça.

 

 

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