España: Fernando López, Quentin García, Alberto Blanco, De Marco, Peters, Barrera, Guilaume, Visensang; Munilla, Peluchon; Casteglioni, Gimeno, Perrin, Contardi; Goia. También jugaron Walker-Fitton, Usarraga, Stewart
Samoa: Mulipola, Matuu, Lay, Paulo, Leaupepe, Faasalel, Lam, Trevinarius; Matavao, Pisi; Fidow, Leelo, Leiua, Alofa; Taulagi.
Árbitro: Frank Murphy, de Irlanda. Amarilla a Casteglioni (48′)
Estadio Central de Madrid. 10.000 espectadores.
Marcador. 3-0 (16′) Golpe de Peluchon. 3-7 (39′) Lam ensaya, pasa Taulagi. 3-14 (50′) Trevinarius ensaya, pasa Matavao. 10-14 (54′) Ensata Stewart, pasa Levy. 10-21 (59′) Ensayo de Leelo y pasa Taulagi. 10-28 (69′) Ensaya Fidow, pasa Taulagi.
Samoa conmocionó a España. Los isleños sacaron del campo a cuatro titulares españoles en la primera parte jugando al límite, e incluso sobrepasándolo. El árbitro irlandés, Frank Murphy, no veía más allá del balón y eso ayudó al juego de los visitantes que debieron ver alguna tarjeta de color discutible por su contundencia mal entendida y quizás bien planificada. Con el partido condicionado por la contundencia samoana en los puntos de encuentro, la segunda parte se le hizo muy cuesta arriba a los Leones que pese a ello dejaron buenas sensaciones.
Apenas habían transcurrido 60 segundos de juego cuando el juego fue detenido tras un avant. Visensang se retiraba del campo con una contusión, mientras el segundo línea español Joshua Peters tenía que ser tratado de un golpe en su hombro. Síntoma de lo que se venía.
A los 8 minutos España pudo patear a palos dentro de la 22 samoana, pero eligió jugar al lateral y mover el árbol. Los Leones eran ambiciosos. Los polinesios golpeaban duro, alto y a veces a destiempo. Peluchon y Alvar Gimeno fueron ‘víctimas’ de la aspereza samoana, que trataba de marcar el terreno ante una España que tenía la posesión y la territorialidad. Precisamente el placaje alto sobre Gimeno concluyó con un golpe que Peluchon utilizó para poner a España por delante.
Corría el minuto 17 cuando una pelota franca jugada en el eje del ataque en el mediocampo fue recuperada tras un contacto duro por los samoanos, que la llevaron rápido al ala, donde Fidow recibió en ventaja, pateó por encima de la cortina defensiva y la recogió corriendo a palos para ensayar. Pero en el momento de posarla se le escapó y España respiró aliviada. Samoa avisaba, sin posesión y con pelotas contrarias podía generar mucho peligro.
Corría el minuto 20 y España ya había perdido a De Marco y a Guillaume por la exigencia física del choque. El siguiente fue Peluchon, al que un retardado dejó maltrecho y no pudo recuperarse. Santos colocó a Gimeno de 10, dejando a Perrin con Stewart de centro. Aprovechando la reordenación Samoa ganó protagonismo en el partido y la posesión. Pero los isleños evidenciaban que no son un equipo acostumbrado a elaborar con paciencia su ataque. España llegaba bien a la presión y al rival se le caía la bola fruto de su impaciencia mientras desde la grada sus entrenadores le pedían más velocidad en el despliegue.
En el minuto 32 el medio melé visitante encontró el intervalo, pero fue bien placado dentro la de 22 española y Asier Usarraga forzó un retenido que evitó muchos problemas a los españoles. La melé estaba competido y desde el lateral los Leones habían logrado hacerse respetar. Pasaban los minutos y España contenía el aluvión. Pero ocurrió lo inevitable, Treviranius rompió la línea y descargó sobre el placaje para Lam, jugador de primer nivel de la Premier, para ensayar. Samoa ganaba al descanso un partido marcado por las devastadoras consecuencias de sus contactos. El último afectado por la dureza era Alvar Gimeno, que durante el descanso era atendido de conmoción quedando fuera del partido.
España salió a capear el temporal con un apertura improvisado como Levy y mucho compromiso en defensa. El duelo pasaba por competir. En una melé a cinco el pack samoano se hizo fuerte y terminó ensayando entre palos, una conquista que imponía demasiado a una España tan laboriosa como improvisada. Pero este equipo español tiene alma, algo que demostró Stewart, que robó una pelota y corrió 60 metros para meter a los Leones en el partido otra vez. Ensayo que obtuvo contestación con la salida de Perrin con una brecha.
Se encendía la grada, pero la superioridad de los del Pacífico volvía a golpear con un ensayo del su centro, Leelo, que alejaba a los voluntariosos Leones. Y no mucho más tarde Fidow posaba otro ensayo ante una España que sufría. Samoa comenzaba a dominar todos los órdenes del juego y los de Santos sufrían con un equipo de circunstancias.
El partido concluyó con la enfermería repleta de titulares y el campo lleno de jugadores agotados, golpeados y muchos fuera de su posición. Termina un noviembre ilusionante con las gradas registrando una notable afluencia (10.000 espectadores) y el equipo dejando buenas sensaciones.