Seguro que muchos de los que han vestido la camiseta del Casco Alado a lo largo de nuestros cincuenta años saben a qué me refiero con ese sonido: el equipo subiendo juntos la cuesta del Urtubi. Recuerdo cuándo la subí por primera vez allá por los 80 para entrenar con el Liceo cadete de Tomi (entrenador del Barça hoy) y Nano (presidente del Soto); venía de entrenar en La Chopera y de jugar en Cantarranas y el campo de Orcasitas de arriba –por aquel entonces, un patatal- y me quedé loco viendo el Ramón Urtubi: sus palos rojiblancos, su cartel de ‘Stade’ que delataba que estábamos en ‘territorio francés’ (leyenda urbana que los más pequeños del Club siguen creyendo…) y su hierba impecablemente cuidada (por aquel entonces apenas se jugaba, sólo tendríamos 100 fichas y había muchos menos clubes en competición).
Como el replicante de Blade Runner, he visto cosas en el Urtubi que nunca creeriáis: meter cincuenta puntos en un partido a nuestro apertura Fernando Tejada; anotar ensayos desde zona de marca de Dani Muñoz; meter patadas desde cincuenta metros a Paul Mielgo; no perder un partido a las chicas de la gran capitana Elena que fueron campeonas de España (e incluso de Europa); dirigir a Santi Santos al equipo como capitán; a tipos duros como Marco García, Palmero Neira, David Esteban o Germán marcar el territorio; a jugones como Tomi García, Boris Gutiérrez, Pisco Couret; a la selección francesa entrenar allí y a la selección rusa jugar un amistoso en la despedida de Fenando Díez; a ‘guiris’ entrañables como Dominique o Guillermo Cao; ver a Angelito perseguir a ‘paparazzis’ que buscaban una foto entrenando de Luis Alfonso de Borbón; jugar tocatas en la fiesta del Club padres e hijos juntos; a Paco Usero tantas veces revisando qué todo estaban bien…
Pero también recuerdo entrenos con el campo lleno de agujeros, toses de los chavales tragando polvo, raspándose por la dureza del campo y llenándose las botas de arena. Un club como el nuestro no podía estar así, avergonzándose de tener que jugar en un erial.
Ayer tocaba volver al ‘nuevo’ Urtubi con sentimientos encontrados y un poquito de pena porque ya no sentiría ese olor a hierba empapada por el rocío de algunas mañanas de otoño, por ese color verde de ‘green’ de golf de primeros de temporada, … pero pasó rápido, las caras de los niños tirándose de cabeza al campo como si fuera una piscina, ver a los enanos cómo se agachaban a tocar la nueva hierba artificial, comentar como expertos que habría que tener cuidado con el bote del balón, me hicieron cambiar de opinión. Poco a poco, todos los mayores que llegábamos al campo teníamos una sonrisa tonta en la cara y asentíamos diciendo ‘cómo mola’.
No sé me ocurre mejor regalo posible para celebrar nuestro 50º Aniversario: un campo nuevo para jugar al rugby y poder seguir oyendo ‘Tac-Tac-Tac“. #AllezLycée
Pepe Martínez Carrascosa
Jefe de Prensa del CRLF
ESTE SÁBADO A LAS 16 HORAS TENDRÁ LUGAR EL PRIMER PARTIDO EN EL NUEVO TERRENO CONTRA CIENCIAS DE SEVILLA
Guillermo García de Polavieja
29 septiembre, 2017 en 11:07 am
El nuevo Ramón Urtubi va a ser uno de los tres primeros campos de hierba artificial en España en obtener homologación de la FER / World Rugby, gracias al esfuerzo y compromiso del Liceo Francés de Madrid y su histórico club de rugby. Enhorabuena a ambos.
Manolito
30 septiembre, 2017 en 6:02 pm
Grande PEPE NIPON,un articulo que refleja emociones y sensaciones de muchos años,seguimos creciendo….TAC TAC TAC.