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La contracrónica: Esta vez salió cara

© Evgeny Fedoseev/ Rugby Union of Russia.

La victoria de ayer en Sochi de España sobre Rusia nos acerca aún más al objetivo de la Copa del Mundo. Los Leones se llevaron un partido que parecía perdido gracias a creer en la victoria hasta el final. Supieron sufrir y sobreponerse a las adversidades para rescatar un triunfo que aumenta exponencialmente nuestras opciones de volver a un mundial casi un cuarto de siglo después. Se obró el milagro en un partido en el que empezamos bien pero que también dejó alguna que otra laguna que analizaremos a continuación. La carrera por el mundial entra en su fase final y ahora los dos próximos partidos en casa pueden darnos el pase definitivo. España suma 21 puntos y se asienta en la tercera plaza que da derecho al torneo de repesca y está a tan solo 1 punto de Rumania y 5 por encima de Os Lobos tras el partido que midió a nuestros ayer en Bucarest y que cayó del lado de los Oaks.

Antes de entrar en el partido de ayer saquemos la calculadora. Durante toda la semana manteníamos que con 12 puntos estamos dentro. Hemos conseguido los primeros 4 y falta rematar la faena con factor campo a favor. España tiene en su manos sumar otros 8 puntos – dos victorias – ante Rumania y Portugal en El Central que nos elevaría hasta 29. De producirse esta situación – y dando una victoria con bonus a Portugal y Rumania ante Países Bajos – la presencia de España en Francia es prácticamente segura. En el caso de Rumania de perder con nosotros la próxima semana podría alcanzar los 32 puntos al final del torneo siempre y cuando el 12 de marzo gane con bonus a Georgia en casa. En ese caso tendrían asegurada la segunda plaza por méritos propios en el entorno de los 32-31 puntos. ¿Pero qué pasa si Georgia cumple con los pronósticos y no suman ante los Lelos? Rumania terminaría el torneo en el entorno de los 27-28 puntos ganando a Países Bajos y sacando bonus defensivo ante los georgianos. En ese supuesto España estaría delante.

En el caso de Portugal las cosas son aún más complicadas. Os Lobos se complicó mucho la vida con la derrota de ayer en Bucarest tras los dos puntos de oro que sacó en Tbilisi. Rumania le remontó un partido a cabezazos cuando Portugal había hecho un gran primer tiempo. Vamos a lo que interesa. Recuerden siempre que estas «cuentas de la lechera» están condicionadas a ganar los 2 partidos. Portugal podría sumar 10-11 puntos si pierde en España en un calendario que a excepción del partido de Madrid es bastante favorable. 10 puntos máximos por ganar con bonus a Países Bajos y Rusia como locales, más un punto defensivo contra nosotros les ponen en 26-27 puntos.

A lo que vamos: Con 8 puntos en los próximos dos partidos España está dentro. Ya sea como E2 si Georgia cumple con Rumania, o bien como E3 y vía repesca si los Robles ganan a los Lelos. También hay que tener en cuenta que podemos sumar en la última fecha en Georgia. En esta carrera tan igualada se quedará fuera un equipo que ha hecho méritos para estar en el Mundial. También hay que ser francos y pese a que España cuenta con la mano en esta partida, no será fácil. Nuestro calendario es el más exigente. Nos quedan los 3 partidos más duros con rivales directos.

Volvamos ahora a lo que pasó ayer en Sochi. España hizo una puesta de largo ante los Osos más que notable. Nuestro inicio de partido fue bueno. Intentamos poner en liza nuestras mejores armas y cuando no funcionaron – no empezamos bien en touche y Rusia defendió bien nuestro maul – supimos encontrar el camino para hacer puntos. España aprovechó el espacio de un equipo terriblemente físico que nos costó jugadores importantes como Guillaume y Foulds, y a partir de ahí castigó al rival. Pero el buen inicio de los nuestros pronto quedaría atrás. No es la primera vez que empezamos bien y luego el partido se complica. Recuerden lo que pasó en Lisboa. El guión del partido se le asemejó aunque el desenlace fuera otro. Los Leones no controlaron los saques de centro y eso permitió a Rusia estar en posiciones calientes cada vez que encajó. España encajó un parcial de 0-14 en apenas 5 minutos para pasar el 3-15 al 17-15. Los Leones digirieron el mal momento del partido para levantarse de la lona y posar dos nuevas marcas antes del descanso y además provocar la expulsión temporal de un rival. España reaccionó con determinación y personalidad – la jugada entre Malie y Minguillon fue clave cuando más sufríamos – y además recuperó la confianza desde el lateral y el maul. La baja de Guillaume se había notado mucho en la fase de conquista.

Todo se ponía de cara para España pero el segundo tiempo no fue bueno. No solo no supimos aprovechar nuestra superioridad numérica sino que no arreglamos la recepción de los saques de centro concediendo mucho territorio a Rusia. Además salió nuestro lado más indisciplinado. Comenzamos a encadenar golpes de castigo y volvieron a aparecer los fantasmas de épocas pasadas. Una mano de Malie para interceptar un pase cuando los Osos jugaban en ventaja – recuerdan lo que pasó en Bucarest y en Lisboa – le mandaban al Sin Bin. Es cierto que España sacaba casta tras encajar y el pie de Ordás nos mantenía vivos con viento a favor, pero la dinámica del partido no era buena. Los síntomas se confirmaban cuando a 4 minutos para el final Zhivatov daba la vuelta al partido y además Merkler se iba al Sin Bin. Jarro de agua fría y un guión que ya habíamos visto varias veces. Pero España tuvo fe. Tengo que confesar que en ese momento me hubiera conformado con el empate. Pero de ganar 1 punto – ya teníamos el bonus defensivo y el empate nos daría uno más – a ganar 4 era determinante para la carrera mundialista. España creyó. España ha ido muchas veces, y en muchas ocasiones no lo logró. Pero para lograr las cosas hay que ir. Cuando vas, suceden cosas. Y en esta ocasión sucedieron. Los Leones obraron del milagro para rescatar una victoria muy meritoria. Sufrimos, nos sobrepusimos y nos cargamos de motivos para afrontar las próximas dos batallas definitivas. Pero seamos realistas.

La gran victoria no debe hacernos descuidar los puntos en los que fallamos. España no puede caer en las indisciplinas de la segunda mitad, no puede regalar las posesión y el territorio por no controlar los saques de centro que provocan perder la ventaja en el marcador que logramos con tanto esfuerzo… Pero también tengan algo en cuenta: El equipo irá a mejor según avance la competición. Somos un equipo sin preparación y cada semana que el grupo pasa junto crece. Ahora queda una semana para volver a juntarse y hay que ver aún qué tiene Foulds – esa rodilla preocupa – y cuánto tiempo estará fuera Guillaume por la conmoción que le sacó del partido. Ellos han cumplido ganando los últimos 4 partidos tras perder los 3 primeros. Ahora debe cumplir la afición y convertir El Central – lo único que no estará a altura de los partidos y los equipos – en una verdadera olla a presión en el que los nuestros vuelen sobre el aliento de la grada y los rivales sientan la presión.

España lo tiene en la mano. Con 8 puntos estamos dentro. Dependemos de nosotros gracias a que España lo buscó y nos salió caro en Sochi.

Director Editorial & Publicidad de La Revista 22

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