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Internacional

Festival deslumbrante con un final digno de Hitchcock en el Norte-Sur

Fue una exhibición. Y al tiempo un partido. New Zealand Rugby había recuperado el Norte-Sur ocho años después para seguir mostrando al mundo el rugby como su mejor embajador en tiempos de pandemia. Y pese a que no hubo público, el partido fue una fiesta. Una fiesta para los ojos de los espectadores que pudimos disfrutar del encuentro por televisión, que fuimos millones.

Beauden es placado es un ataque del Norte. / NZR

Ian Foster, el nuevo seleccionador de los All Blacks, manejó con maestría sus hilos y el partido escenificó un duelo entre la delantera del Sur y la magia de la línea de tres cuartos del Norte. Sumando a todo ello millones de matices como el poder corrector de Jordie Barrett como zaguero sureño, el factor X de Damian McKenzie cuando se suelta a jugar y no está atado en corto como ahora en los Chiefs con Gatland, la determinación de Sanders como alternativa a la exuberancia ofensiva de Hoskins Sotutu, el enorme trabajo oscuro y silencioso de Tom Christie, la potencia de Rieko Ioane en el despliegue, la inteligencia táctica de Codie Taylor… Y así podríamos pasar horas.

El encuentro fue un intercambio de golpes interminable entre la cohesión de la delantera sureña, que sufrió en el primer tramo de la segunda parte cuando los norteños estrenaron piernas y pulmones delante, y el talento inabarcable de los backs norteños. Al final de la primera parte se llegó con 17-14 para los de blanco, con Weber dirigiendo con inteligencia a una delantera en la que Sanders ganó muchos metros y con Mo’unga sutituido por Josh Ioane, aunque regresó luego al campo. Sometidos por el pack rival, TJ y Beauden dispusieron de pocas pelotas de calidad, aunque en alguna de ellas activaron la magia de una línea que era un manual de offload y apoyo. Especial mención para el ensayo de Aaron Smith en una jugada en la que Sotutu apareció por fuera para fijar a tres rivales y descargar a McKenzie.

Rieko rompe la cortina defensiva del Sur. / NZR

En el Sur Barrett placaba y placaba como factor corrector siendo el último hombre, mientras Will Jordan se ganaba discutir a Bridge y Reeve un puesto en los carriles de los All Blacks. El Crusader recuperó un balón tras un mal pase de McKenzie que el desordenado Caleb Clarke dejó vivo dentro del campo (se le notó el 7 ahí) para posar su primer ensayo. Y luego protagonizó la monumental jugada final, digna de una película de Hitchcock. La delantera sureña montó dos mauls que los norteños pararon a 5 metros como pudieron y entonces el pelirrojo Christie sirvió rápido a Josh Ioane, que con el lado abierto desierto, tensó una pelota alta en la que apareció Will Jordan con 1,88 para cazar la diagonal a tres metros de altura, donde no pudo llegar Mitch Hunt. Air Jordan la cazó y lorgó el ensayo ganador que dejar arriba a los del Sur 38-35. Los norteños habían puesto la magia durante 80 minutos, pero un chispazo del Sur les daba el partido.

El encuentro, más allá del resultado, deja clara la superioridad insultante de los neozelandeses, que tienen 60 jugadores seleccionables para los All Blacks. Jugadores de matices muy diferentes, de perfiles contrarios y de todo tipo de tamaño, peso y condición. Sin embargo, el encuentro deja claro que los All Blacks seguirán basando su juego en el dominio de la delantera (sureña quizás) para activar la magia de los tres cuartos (que por lo visto debían ser norteños, pero en realidad son los Crusaders sureños). Y, sobre todo, y esto es lo que deberíamos aprender, en el trabajo incansable de los fundamentos. Fue deslumbrante la velocidad de la transmisión, la precisión de los pases, la suficiencia técnica de los 60 implicados. Los clásicos recordarán que «los partidos los ganan las delanteras y los tres cuartos deciden por cuánto». Los modernos hablarán de offloads y kicking game. Sea como fuere, ¡qué deporte maravilloso es el rugby cuándo lo juegan quienes saben!

Fermín de la Calle, Periodista en EuroSport, El Confidencial, Revista 22
Si hablas de rugby y periodismo en España tienes que hablar de Fermín de la Calle. Desde su etapa en las páginas del diario As, este andaluz llevaba el rugby del V Naciones, con la complicidad de Relaño, a los hogares españoles.

Llegó tarde al rugby que descubrió en Irlanda donde pagó una factura muy cara en forma de fractura de fémur. Desde entonces el veneno entró en su cuerpo y hoy en día sigue jugando – como tercera reconvertido – en su querido CR. Tres Cantos.

Canal+, Eurosport, Cadena Ser, Diario AS, y un amplio abanico de medios generalistas audiovisuales han reconocido en él la voz más autorizada del rugby español. Su blog ‘Patada a Seguir’ – pionero en España – arrancó en 2007 y desde entonces siempre ha estado metiendo el hombro en iniciativas como la Superibérica, con el programa Hemisferio Rugby junto a Michael Robinson o en las páginas de Revista 22 sin fallo en los 86 números que llevamos.

De la Calle, por su manera de entender el periodismo, siempre ha contado con la información más delicada y comprometedora del oval. Querido y odiado, nunca deja a nadie indiferente. Sin embargo, todos acuden a sus informaciones para ver qué se cuece en los fogones del rugby español. Consultado en innumerables ocasiones por empresas patrocinadoras e instituciones sobre la realidad de nuestro deporte, contactos que bien le podrían haber revertido ingresos económicos notables si los hubiera facturado como consultorías. Altruista y solidario es un exponente de los valores del deporte que ama. Como muestra fue uno de los primeros en remangarse para ayudar a las víctimas del tren de Santiago de Compostela organizando un torneo benéfico.

Su influencia se ve aumentada por su posicionamiento en las RR.SS que son uno de los mejores altavoces del Rugby ya que cuenta con casi 25.000 seguidores que interactúan a propósito de sus informaciones y opiniones.

Durante los últimos años ha librado cruzadas con diferentes dirigentes y representantes, velando por sus convicciones y por lo que él entiende que es el bien común del rugby español. En muchas de ellas le acompañamos.

La estirpe De la Calle perdurará y sus hijos ya recorren los campos de Andalucía con un melón bajo el brazo. Ha sido recientemente nombrado embajador de la marca Canterbury en España y este 2017 podréis verle y escucharle en Movistar+ con el 6 Naciones y en Eurosport con la Liga de División de Honor.

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