Se repite final en el Súper Rugby entre los Crusaders neozelandeses y los Lions sudafricanos. Los primeros representan la excelencia de un sistema de juego en el que se apoyan los mismísimos All Blacks. Los segundos son el equipo que ha revolucionado el rugby sudafricano con su ‘running rugby’ y su propuesta de juego vertiginosa. Una final que puede suponer la revancha para los bokkes que perdieron el año pasado el título en Ellis Park (17-25) después de ser los mejores al final del torneo regular.
La llegada al banquillo de los kiwis de Scott Robertson relevando a Todd Blackadder les ha devuelto a la línea de éxitos que acostumbra la franquicia de Christchurch. Ocho títulos y cuatro subcampeonatos les convierten en los amplios dominadores de la competición. Llegan aún mejor que el año pasado, ya que el partido se jugará en su campo, lo que les da ventaja de campo, y además se medirán a un rival que nunca les ha ganado en 22 enfrentamientos que se han saldado con 17 triunfos neozelandeses y cinco empates. Los de Robertson presentan una delantera demoledora repleta de all blacks y un efectivo juego de su línea con Mo’unga y Bridge a gran nivel.
Los Lions vuelven a la final guiados por un nuevo técnico, Swys de Bruyn, tras derrotar a los Waratahs (44-26) en el que quedó perfectamente retratado su estilo de juego. Muy ofensivo, pero vulnerable atrás. Y eso puede pasarle factura ante un equipo que rentabiliza cada error rival, cada desorden del adversario. El maul es una de las armas de los sudafricanos, una fase cuya defensa ha sido específicamente trabajada por los Crusaders.
El partido que mide a un equipo en plenitud con otro que parece cerrar un ciclo, después de ver cómo muchas de sus estrellas del año pasado y de este ya tienen billetes para mudarse a Europa a jugar. El encuentro se podrá ver a las 09:35 en Movistar.