No hubo sorpresa. Los Crusaders demostraron – como ya lo hicieran en temporada regular ser el mejor equipo del Super Rugby – y se impusieron a los Lions sudafricanos por un contundente 37-18. Los Lions volvieron a caer – esta vez con mucha más diferencia – en su tercera final consecutiva. Los 17 puntos anotados por el apertura neozelandés y su protagonismo en el juego ofensivo de los de Robertson le valieron para ser nombrado el MVP de la final.
Poco a nada pudieron hacer los Lions ante el aluvión de juego de los de Christchurch. Ni tan siquiera los sudafricanos pudieron doblegar a los neozelandeses en superioridad numérica cuando los campeones se quedaron sin el excepcional Crotty por una amarilla. La superioridad de los Crusaders les llevó a anotar 4 ensayos: Seta Tamanivalu, David Havili, el segunda All Black Scott Barrett y el medio de melé suplente Mitchell Drummond sellaron las marcas.
©BNZ Crusaders. Tamanivalu abrió la cuenta para los neozelandeses.
Los Lions trataron de responder al juego de los Crusaders con los ensayos del flanker Brink y del talonador Marx, pero no pudieron impedir la tercera derrota consecutiva de los sudafricanos en la final del Super Rugby.
Los Lions que dominaron la posesión y el territorio en muchas fases del partido no supieron hacer daño a la ordenada y contundente defensa rival. Sin embargo los Crusaders con un brillante Mo’unga hacían mucho daño rompiendo una y otra vez las cortinas defensivas de los sudafricanos provocando muchas situaciones de peligro cerca de la zona de marca de los Lions.
El 20-6 con el que el partido llegó al descanso hacía intuir que los neozelandeses revalidarían el título ante su afición que abarrotó el Rugby League Park en Christchurch. El ensayo de Brik en la segunda mitad dio alguna esperanza a los sudafricanos pero pronto los Crusaders respondieron con juego y puntos para proclamarse por novena ocasión campeones del Super Rugby.
Copa del Mundo
Nueva Zelanda y Sudáfrica a por su cuarta Webb Ellis
División de Honor
El VRAC ya manda en solitario
