El rugby en Europa vive a la deriva, fruto del desgobierno al que le somete estar regido por entidades públicas y privadas a la vez. Por un lado Rugby Europe, heredero del legado que tiene como institución con 80 años de vida desde la fundación de la Federación Internacional de Rugby Amateur (Fira). La equivalente a la UEFA del rugby es hoy en día el organismo más corrupto del planeta oval, como ha quedado de manifiesto en todo lo acontecido con la clasificación europea del Mundial, el Bélgica-España y los episodios de las alineaciones indebidas.
Por otro lado están las instituciones privadas, como la EPCR (organizador de las competiciones europeas de clubes) y el Comité organizador del Seis Naciones. Dos entidades particulares que marcan el calendario de las selecciones y los clubes con productos muchos más potentes económico y mediáticamente de los que ofrece la denostada Rugby Europe.
Ante este panorama, el medio francés Midi Olympique, informa que desde la antigua Fira, hoy Rugby Europe, se quiere promover un cambio del escenario para ganar poder y fuerza y convertirse en la UEFA del rugby. Una iniciativa que llega en el peor momento, porque World Rugby quiere depurar responsabilidades en la institución europea por todo lo ocurrido tras el Bélgica-España y su presidente Octavian Morariu y su director de competición Jean Michel Arpaillange tienen los días contados. Ante este inquietante panorama, Rugby Europe, que cuenta con 48 países miembros y se limita a organizar competiciones juveniles y un deslucido Campeonato de Europa cuyo único valor real es que sirve de clasificatorio para el Mundial, ha decidido dar un paso adelante.
Y entre las propuestas que maneja, además de la organización de un torneo entre rumanos, georgianos, españoles o portugueses, barajan la peregrina idea de organizar una Eurocopa de rugby. Una réplica de la cita futbolística para crear un nuevo producto que les devuelva la cuota de poder que han perdido progresivamente ante el avance del profesionalismo y de sus propuestas deportivas y económicas. Parece que la idea tiene pocas opciones de salir adelante porque hay muchos intereses contrarios a ella, pero la lucha entre Rugby Europe y las instituciones privadas que marcan el rugby del Viejo Continente podrían abrir un nuevo capítulo.
Alberto de Gales
15 julio, 2018 en 7:25 pm
Eso no va a poder ser ni de coña. ¿Los del Tier 2, que encima desde el escándalo de Bélgica se llevan a matar entre ellos, queriendo desbancar al Six Nations? Yo soy el primero que ni lo veo, ni lo deseo.
La Rugby Europe, que se quede en el cenagal donde está ahora, como el maloliente despojo que es, y que no nos toquen al muy prestigioso y honesto Six Nations, el torneo deportivo más antiguo del mundo.
Si algún día nos hacen el favor de querer invitarnos a jugar en su torneo, les cubriremos de besos por su infinita misericordia.