Después de un año de dominio quesero, los derbis en Valladolid vuelven a ser muy competidos. El Chami ha recompuesto su delantera y desde ahí construye en los partidos sus victorias. Esta final de la Supercopa tenía muchas incógnitas por resolver: la touch del VRAC, el funcionamiento de la línea chamiza, el estado de Paila, la reconversión de Rust en el puesto de 10…
De inicio Merino propuso una defensa con su medio melé Eaton, pendiente de Rust, apertura blanquinegro. Dos jugadores de gran poderío físico. Chami comenzó dominando posesión y territorialidad. Malas noticias para los queseros. Solo habían transcurrido tres minutos cuando Carter generó la ventaja en la línea de 22 rival tras sacar a Rust de un aprieto y la jugada terminó con Nuu Junior posando el primer ensayo por el ala abierto.
Un intercambio de golpes entre Griffiths y Rust coronó unos primero veinte minutos de mucho ritmo teñido de blanco. El VRAC aguantaba las melés bien, a diferencia del partido de liga, y tenía cierta solvencia desde el lateral. Sin embargo, dos malas decisiones en dos touches a cinco metros del ingoal les impidieron sumar el ansiado ensayo que devolviera la igualdad al marcador. El Salvador se cuidó mucho de cerrar las patadas altas que perseguía Wesell-Bell y los queseros no conseguían poner en juego a su línea al no tener balón. Solo las acometidas de Paila, en una versión mejor que en partidos anteriores, daba algo de aire a los azules.
Con El Salvador cómodamente instalado en el campo rival, Rust rompió por el intervalo cerca de un agrupamiento y posó entre palos. Pasados los 25 minutos no había noticias en ataque de los queseros, que con 17-3 abajo en el marcador se vieron obligados a irse a campo contrario y recuperar la pelota. Los de Merino mostraron mucha más agresividad en ataque y llegaron los resultados rápido. Primero con un ensayo de Alvar tras una larga jugada en la que Gavidi leyó la superioridad por fuera y realizó un gran pase con salto a Gimeno. No habían pasado cinco minutos cuando la tenacidad de Eaton le permitía robar una bola y acabar posando el segundo ensayo de los queseros. El partido volvía a equilibrarse finalizando el primer tiempo.
Pero las cosas no se quedarían así porque una patada de Eaton tapada por los chamizos terminó una estampida de Tafili que volvía a abrir brecha a favor del Salvador. El partido estaba loco y se cerraba el derbi con cinco ensayos en la primera parte. El SilverStorm jugaba a ritmo diésel y sacaba partido de su dominio en los puntos de contacto. El VRAC, equipo de keroseno, aceleraba con la pelota en los manos y encontraba las puertas en la defensa chamiza. Al descanso el marcador señalaba un 15-24 que retrataba un partido tan divertido como caótico.
La segunda parte comenzó con los mismos síntomas. Albertario, un jugador cuyo rendimiento no está a la altura de lo que necesita el VRAC, se fue al sin bin por vivir en fuera de juego, de lo que fue avisado en varias ocasiones por el árbitro. Con ventaja numérica e instalados en la 22 rival, el cuarto ensayo chamizo se maduraba. Pudieron anotarlo en un maul tras touch que no gestionaron bien los gordos de Bocas y terminó con una pantalla. El partido era una sucesión de errores: fallos en touch, perdidas en los rucks, patadas fallidas… La buena noticia para los de Merino es que aguantó la inferioridad sin encajar puntos, la mala es que sus delanteros fundieron las pocas noticias que le quedaban en la empresa. En el minuto 56 VRAC ponía riñones nuevos a su primera, con Barnes y Pacote.
Tres minutos después, a falta de veinte para el final, Pelayo Ramos realizaba una fea corbata a Bell en una jugada intrascendente en el mediocampo. Una jugada que marcaba el partido, porque Mirat le mostraba la roja. Una decisión interpretable y como tal, posible. La expulsión de Pelayo obligó al Chami a sacar a su hermano Juan, concentrado con la selección de 7. La final estaba en manos del Quesos y en la disciplina de El Salvador, que comenzaba a sufrir en la melé.
Sin embargo, en un partido loco Griffiths se contagió del caos y falló patadas accesibles para él. Pasaban los minutos y el Quesos no lograba meterse en la 22 rival. En un ataque largo y con el Chami con dos menos (fuera Pelayo y Nuu Junior siendo atendido) Gavidi encontró el intervalo en el enésimo pick and go sobre la línea de ensayo chamiza. Restaban ocho minutos y todos los balones valían oro.
Pero en un partido trabado y cargado de errores el VRAC solo podía ganar el partido si El Salvador cometía un error. Los de Bocas pasaron los últimos minutos en la 22 rival con su touch y maul clásico. Pero como buena película de suspense que son los derbis en Valladolid, los queseros aún dispusieron de una tras un Avant. Salió jugando a la mano desde su 22 y sus opciones de triunfos se terminaron con una touch perdida. Ganó el que más se lo mereció, el que menos error hizo. El Chami sonríe, el Quesos, que ha perdido dos derbis seguidos ante los blanquinegros, tiene que darle una pensada a un equipo que echa en falta a Carrió y a Sacha.
VRAC: Gutiérrez, Miejimolle, Tuco, Sthor, Albertario, Basso, Gavidi, Paila; Eaton, Fernández; Castiglioni, Griffiths, Gimeno, Mateu; Wesell-Bell. También jugaron Barnes, Pacote, Jorge Ortiz, Emmanuel Harmatiuk,
EL SALVADOR: Wozniak, Smith, Alvarado, Walker-Fitton, Foulds, Wainwright, Noa; Pelayo Ramos, Rust; Tafili, Carter, Nuu Junior, Herreros; Pearce. También jugaron Vicente del Hoyo, Nicolás Jurado, Juan Ramos, Pedro de la Lastra
Árbitro: Mirat (colegio madrileño)
7-0 Ensayo de Nuu Junior, conversión de Rust. 7-3 Golpe de Griffiths. 10-3 Golpe de Rust. 17-3 Ensayo de Rust, conversión Rust. 10-17. Ensayo de Alvar, conversión de Griffiths. 15-17 Enayo de Eaton. 15-24 Ensayo de Tafili, conversión de Rust. 22-24 Ensayo de Gavidi, conversión de Fernández.
